La Burbuja Emocional

Si bien hay una burbuja social también hay algo muy interesante a lo que llamaré la Burbuja Emocional.

Recientemente aprendimos a mantener un circulo familiar y de amistades muy cerrado, pocas personas interactuando o al menos si no son pocas finalmente son las

mismas, las mismas durante un año y algunos meses de restricciones. La realidad es que aún de esa forma y sin ser suficiente la capacidad de poder opinar entre los pocos o repetibles que compartían en nuestro entorno se puso muy de moda un preguntas y respuestas social, porque ya un “thumps up” no era suficiente, siempre queremos emitir un juicio, dar nuestro punto de vista, algunas veces peor, queremos imponer lo que nos parece bien o mal y finalmente pasar de un diálogo a una contienda de opiniones porque aunque nos revuelve las tripas pareciera que no hay otra cosa mejor que hacer que invertir nuestros tiempo dedicándole nuestras emociones a alguien o a algunos.

Durante la pandemia aprendí que también puedes desarrollar la capacida de encerrar las emociones en una burbuja, limitarnos a compartir lo que sentimos con persona que pasan varios filtros que nos hemos inventado antes de poder pasar a una buena y amena conversa.

No necesariamente hacen falta un grupo de personas donde una parte te juzga, otra entiende que tu camino no es el correcto y quiere llevarte por un mejor camino o peor aún el correcto, eso asumiendo que compartiste algo incorrecto que sentías, otro grupo que en realidad no te está ni escuchando y en fin múltiples escenarios con diferente audiencia y tu cerebro tratando de procesar todo lo que el mundo entero tiene que decir al respecto, buena forma de hacer un harakiri a la paz de tu alma y de tu mente.

Encierra lo que sientas en una Burbuja VIP, no todas las personas deberían de tener el privilegio de ser los jueces de tu vida, sé que tienes muchos amigos y amigas, pero seguramente hay de esos especiales a quienes se siente bien compartirles un poco de ti, esa gente que se ríe contigo y que comparte contigo las lágrimas y las sonrisas. Esos amigos a quienes les cuentas algo y dos semanas después te envían un mensaje preguntando por cómo terminó algo que ni tú mismo recuerdas, esa gente es especial y se merecen tu tiempo y de paso comida, un buen spot, algo de tomar y una buena tarde de extendidas conversaciones de esas tan amenas que no sabes a dónde se fue el tiempo, pero tienes la certeza de que fue bien invertido.

Suerte con tu burbuja emocional, cree siempre en ti.

Mily Michell G